Choquemos un sábado en esa plaza que ambos frecuentamos a menudo, finjamos que no nos conocemos de nada y que el roce de nuestros hombros fue una simple "coincidencia". Demonos dos besos e intercambiemos nombres, finjamos que nada ha pasado nunca entre nosotros y empezemos de nuevo. Pero primero dejame quitarme los zapatos de tacón, estos que estrene el día en el que todo comenzo a ir mal entre nosotros. Se buen caballero y sujétamelos mientras busco un chicle en este minúsculo ascesorio al que le doy el nombre de mi bolso, y cuando ya este preparada para lo que vendra agarrame la mano bien fuerte y comencemos a caminar sin rumbo fijo. Descalza a la madrugada, perdida por el paseo marítimo, hablando de cualquier cosa con tal de que esa mano que ahora envuelve a la mia no la suelte nunca mas.
Y finjamos que esto puede funcionar, que cuando amanezca no todo sera como antes. Evitemos los caminos prohibidos, los lugares inadecuados, intentemos que nada del pasado se cruce en nuestro nuevo rumbo y pongamos punto y final para poder poner una nueva mayúscula. Regalame la oportunidad de ser feliz contigo, chico desconocido. Al diablo todo lo que nos rodea, pensemos en nosotros. ¡Y cielos! al fin ha ocurrido. Mientras yo no hacia mas que soltar parrafadas incomprensibles tu te has parado a pensar y comprender que con un beso, todo cambiará, tanto el momento incómodo apaciguado por mi voz, como el destino inseguro marcado por la bipolaridad.
Y asi, tras varios kilometros y varias horas desaprovechadas el sol fue el único testigoo de nuestra nueva unión.
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sonrisas que se expresan