Que yo también me he aprendido su número de teléfono de memoria,pero también el número de sus escalones.Que no sólo conozco su última pesadilla,también las mil anteriores,
y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada,porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este mundo).
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sonrisas que se expresan