Respira tranquila y pausadamente, genial, se ha dormido. Alargo mi mano y cojo un mechon de pelo que se le había soltado del perfecto moño que, minutos antes, se había echo para dormir agusto. Con cuidado se lo introduzco por debajo de la goma que sujeta su larga melena castaña. Ya esta, perfecto, todos los mechones estan en su lugar.
La contemplo durante un gran rato, aunque creo que jamás me cansaré de mirar su angelical rostro. Bostezo y unas pequeñas lagrimillas asoman por las cuencas de mis ojos, me los froto suavemente con las manos y vuelvo a mirarla otra rato mas. Bostezo nuevamente y una pequeña lagrimilla recorre mi mejilla. Miro la hora en la pantalla delñ móvil, las 3:47 a.m, es tarde, pero no quiero dormir, una promesa es una promesa. Restrego de nuevo mis manos sobre mis ojos, buscando así, de alguna forma despejarme un poco.
Bostezo nuevamente, tercera vez en lo que llevamos de noche. Ya no puedo mas, el sueño me vencerá pronto, pero como prometí, no te dejaré sola. Me levanto y sin hacer ruido me dirijo al armario, del cual saco una pequeña manta que colocó sobre la dura moqueta del suelo. Te echo un último vistazo, te deposito un tierno beso en la mejilla y me recuesto a tu lado en el suelo. Las promesas son las promesas. Jamás te dejaré sola en la noche mientras pueda estar a tu lado, y aunque eso signifique dormir en el suelo lo haré. Por ti todo mi princesa, todo y absolutamente todo.
Nunca te dejare viajar sola al mundo mientras yo pueda acompañarte, nunca...
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sonrisas que se expresan