El recuerdo de tu dedo en mi espalda dibujando un infinito cada mañana, lo poderosa que me sentía cuando me agarrabas de la mano o me abrazabas y me decías que juntos, nos comeríamos el mundo. Me encantaba darte besos en el cuello después de haberme pintado los labios de rojo, los hoyuelos que te salían al sonreír y la forma en la que movías la cabeza para apartar el pelo de la cara. Era una yonkie de tus besos totalmente adicta a tus caricias. Era una yonkie de la felicidad, droga que absorbía en grandes cantidades cuando estábamos juntos.
Sabia que contaba contigo, ya sabes, me sentía como la chica del Diario de Noa, Allie, sentía que si yo era un pájaro tu lo serias, que si me convertía en pez me seguirías. Sentía que si me ahogaba tu me salvarías.
Fue un buen invierno, de esos que se te quedan grabados en la mente a fuego. De esos que cuando los recuerdas no piensas solo en el amor que había, sino que inconscientemente, directamente, te impregna el olor a café y nubes de algodón; y piensas en los abrazos frente a la chimenea los días mas fríos del año y en las tardes en el cine viendo películas antiguas, sus favoritas, y las pistas de patinaje sobre hielo donde juntos aprendisteis tras miles de caídas. Y en vuestras narices heladas rozandose tiernamente. Y en las tazas de chocolate caliente en aquella churrería del fondo de la calle. Y en las tardes de lluvia en las que juntos bailabamos bajo ella.
Tu eras el guardián de mi luna y la misma luna, la que brillaba coqueta para mi cada noche entre muestras de amor y magia enredada en las sabanas. Tu eras mi motivo. Mi motivo eterno e infinito. El motivo de todo por lo que escribia y sonreia.
¿Y ahora? Ahora estamos rotos en un millón de pequeños pedazos y aun asi queremos volar. Me sigues engañando cada noche con tu famosa frase "Somos inmensos, y esta vida no nos matará, te lo digo yo" y yo te digo "Venga, vayamonos a inventar un futuro en el que nuestras sonrisas sean la luz que alumbre nuestros días." Porque yo me imagino a tu lado, en una vieja furgoneta Volkswagen, recorriendo la ruta 66. Perdidos en el ensueño, lamiendonos las heridas. Crando una historia en la que cada día es una nueva página. Porque ya sabes, nos conocemos mejor que nadie, y nos gritamos y nos peleamos pero eso son unos ratos, los otros nos amamos con locura infinitamente. Hace tiempo que la mejor definicion y la que mas me gusta para nosotros dos es la de dos locos enamorados. Si, somos dos locos inflados de amor ¿y sabes una cosa? Por un instante, seremos eternos.
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sonrisas que se expresan