Muchas veces me imagine asi. Encerrada en una habitación rodada de humo y miles de hojas en blanco, con garabatos, echas pedazos. Acurrucada en ese sillón de cuero marrón frente a la ventana. Pensando, sin pensar. Hundida en mi mundo, encerrada en mi misma. Viendo el tiempo pasar y tus recuerdos fundirse con las cenizas de los cigarros. Amando cada recuerdo tuyo en mi subconsciente y enamorandome del susurro que se colaba entre mi cabello. Atada al miedo y la ansiedad. Ansiando una vuelta que jamas se realizará. Y una copa de vino tinto con unos labios rojos marcados que sellaba un adiós. Y un olor a café que inundaba la habitación. El mar de meláncolia que se abría paso ante un nosotros ahora inexistente y tus pasos vacios llendo lejos de mi.
Desearía que los errores no fueran mas que piedras en el camino y no enormes abismos que nos han llevado al final. Desearía que vinieras aquí para calmar esta ansiedad, para vaciar este vacio porque ni la nicotina lo ha conseguido. Estas paredes estan oprimiendo mi racionalidad, la poca cordura que aun podian contener mis palabras. Rasgandome las costillas, haciendo trizas mi corazón. Soy yo quien decido morir por amor, pero eres tu quien decide asegurar esa decisión.
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sonrisas que se expresan