Esos días de invierno, en concreto los sábados, que te quedabas con el en casa o en el cine, que agradecias tener su compañia en esas tardes lluviosas en las que ni salir con tus amigas de fiesta a la discoteca de turno te parecia interesante. Las tardes a su lado, en la que parecia que solo el calor existia para nosotros, el calor y el cielo(por si acaso lo dudabais), en la que tus labios eran mi alimento preferido y tu pecho mi almohada mas mullida. Que fuimos dos desconocidos que jugaron a amarse sin palabras, solo con echos; que qusimos crear una historia perfecta que no hizo mas que acabar en trajedia y terminar como empezo, siendo nosotros(los protagonistas) dos desconocidos que ni la mirada se pueden dirigir.
Fuimos la mezcla perfecta. Creamos los ambientes perfectos, las noches perfectas. El ardor del fuego se quedo corto en comparacion a como quemaba el roce de nuestras pieles, creamos universos con cada orgasmo y hicimos del invierno el verano perfecto. Fuimos la envidia de la lujuria y el placer no quiso abandonarnos por muy distantes que nos encontraramos. Que aprendimos a querer, si, pero tambien a no importarnos la diferencia entre follar y fallar.
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sonrisas que se expresan